
¿Sentís que hacés todo por tu salud pero igual estás agotado, inflamado o sin energía?
Tal vez estás dejando afuera a un órgano clave: el hígado.
Aunque no lo veamos, el hígado trabaja sin parar:
-Filtra toxinas
-Equilibra hormonas
-Procesa emociones
-Sostiene tu vitalidad
Pero cuando se sobrecarga, todo el sistema empieza a desequilibrarse.
Estos son algunos síntomas comunes que veo en consultantes con un hígado saturado:
— Cansancio crónico
— Digestión lenta o pesada
— Piel opaca o con brotes
— Energía baja, sin causa aparente
La buena noticia: el hígado puede depurarse y regenerarse naturalmente.
Se usan adaptógenos como reishi, cardo mariano o cúrcuma, según el cuerpo y la necesidad de cada persona.
No estás roto. Estás saturado. Y eso, se puede sanar.